Los neurocirujanos pueden tratar quirúrgicamente los defectos congénitos en la columna vertebral como espina bífida, la que se caracteriza por problemas de formación de la columna y médula espinal. Existen tres tipos de espina bífida, y dos de ellos pueden diagnosticarse antes del nacimiento o justo en el momento del para su tratamiento inmediato, el que suele ser muy exitoso para la corrección del defecto y evitar sus complicaciones.
Son la espina bífida meningocele y la mielomeningocele las que se pueden diagnosticar antes o justo después del nacimiento, y para su tratamiento se recurre a una cirugía de columna en GDL. Si el defecto congénito se detecta antes del nacimiento, es posible realizar una cirugía prenatal, la que se lleva a cabo antes de la semana 26 de embarazo. Este procedimiento quirúrgico prenatal consiste en dejar expuesto el útero materno para abrirlo y reparar la médula espinal del bebé, y algunas personas lo prefieren en comparación con los procedimientos después del nacimiento porque por sus resultados existen menos probabilidades de que el bebé necesite dispositivos especiales para caminar.
Además de que la cirugía fetal permite tener una discapacidad reducida, es una opción quirúrgica que reduce el riesgo de hidrocefalia. Sin embargo, antes de tomar la decisión de optar por este tratamiento es necesario evaluar sus riesgos de complicaciones y valorar los beneficios que puede tener tanto para el bebé como para la madre. Cabe mencionar que no todos los casos son adecuados para someterse a este tipo de procedimiento, por lo que es fundamental consultar a un especialista.
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