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A pesar de que los neurocirujanos en Jalisco tienen claro que la epilepsia es una condición con la que la mayoría de los pacientes pueden vivir normalmente, hay casos extremos en los que el tratamiento farmacológico no surte efecto. También se le conoce como epilepsia refractaria y genera una gran preocupación en el paciente y la familia, debido a que las crisis persisten o incrementan su frecuencia con el paso del tiempo.

De acuerdo con la Liga Internacional contra la Epilepsia, se considera que un paciente es farmacorresistente cuando se le han prescrito al menos dos tipos de anticonvulsivantes, sin que dicho tratamiento haya tenido resultados. En la mayoría de los casos, los episodios pueden controlarse, pero cerca de un 30% de los pacientes con epilepsia llegan a presentar resistencia a los antiepilépticos, con diferentes patrones clínicos y bases biológicas.

La resistencia al tratamiento farmacológico genera un impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes y sus seres queridos, además de aumentar el riesgo de muerte prematura. Es un contraste importante, respecto a los casos de epilepsia en los que los antiepilépticos tienen efecto, puesto que se puede llevar una vida normal y, de hecho, muchas veces ni siquiera se le considera una enfermedad propiamente dicha. Sin embargo, desde una perspectiva neurobiológica, la epilepsia refractaria sí es seria y los neurocirujanos en Guadalajara coinciden en que es consecuencia de la interacción de variables relacionadas con la enfermedad, los medicamentos y aspectos genéticos.

¿Cuándo se considera que la epilepsia es refractaria?

La definición del término continúa generando mucha controversia dentro de la comunidad médica, tanto así que ha sido tema reciente de discusión por parte de la Liga Internacional contra la Epilepsia. Esta entidad propone un marco de diagnóstico en dos fases, con la finalidad de clasificar la farmacorresistencia. Por un lado, deben haberse recetado anticonvulsivantes de probada efectividad para el tipo de epilepsia que tenga el paciente (de ausencia, tónico-clónica, parcial simple, parcial compleja, entre otros) y con las dosis terapéuticas según su edad, estatura y diversos aspectos clínicos.

De igual modo, es necesario tener en cuenta el estado libre de las crisis, que supone el período de tiempo máximo que llega a alcanzar un paciente sin presentar episodios convulsivos, estando en tratamiento. De acuerdo con los especialistas, como el doctor Luis Francisco Camacho Herrera, debe triplicar el período intercrisis y el paciente tiene que haber alcanzado un período de doce meses para considerarse que ha estado libre de crisis.

Así, con base en estos criterios, se estima que un paciente epiléptico es refractario cuando se le han recetado dos antiepilépticos con indicación correcta y dosis adecuadas, en monoterapia o politerapia, sin haber estado libre de crisis, es decir, sin que el tratamiento haya surtido efecto. La aplicación de estos conceptos por parte de los neurocirujanos en Jalisco es lo que ayuda a establecer si se es candidato aceptable para terapias alternas.

Consecuencias de la epilepsia farmacorresistente

La epilepsia refractaria en los niños puede tener repercusiones muy graves. En la mayoría de los casos, los padres se encuentran ante un futuro incierto y sin demasiados progresos, a pesar de haber seguido todos los consejos médicos. Dependiendo del tipo de epilepsia, la primera crisis puede aparecer entre el primer y el quinto año de vida, con una crisis semanal en los mejores casos o numerosas crisis en un solo día, siguiendo algún patrón, como aquellas que aparecen justo al levantarse, al dormir o relajarse.

Por lo general, estos pacientes son dependientes las 24 horas y, aunque no siempre ocurre así, pueden llegar a desarrollar problemas cognitivos o psicomotrices, limitando su movilidad y capacidad de aprendizaje. Cabe acotar que estas consecuencias son derivadas de la epilepsia farmacorresistente, no de la epilepsia en sí misma, que, en realidad, no se asocia con dificultades de aprendizaje. De hecho, grandes personajes de la historia universal, como Napoleón Bonaparte, Simón Bolívar, Juana de Arco e Isaac Newton eran epilépticos.

De cualquier modo, los pacientes con epilepsia refractaria se enfrentan a una encrucijada, debido a la complejidad en el manejo de los antiepilépticos y a los efectos secundarios que pueden aparecer durante el tratamiento y que varían de una persona a otra. Esta es la razón por la que muchos especialistas toman la decisión de probar otros recursos.

¿En qué consiste el tratamiento?

El uso del cannabis y la medicina natural para tratar a pacientes jóvenes y adultos con epilepsia refractaria sigue siendo un tema delicado y motivo de debate en México y el mundo. Muchos estudios han demostrado que el cannabis puede ser útil para el control de las crisis, pero la prescripción de una sustancia tan delicada depende de un cuadro médico específico y solo un especialista como el doctor Luis Francisco Camacho Herrera, el mejor neurocirujano en Guadalajara, puede determinar si estas opciones terapéuticas son viables.

En la actualidad, el método que ha demostrado tener mayores tasas de éxito es la cirugía. No es una alternativa que se recomiende, en primera instancia, para pacientes con epilepsia común, tratable con medicamentos y que permite al paciente llevar una vida autónoma; sin embargo, es la línea de tratamiento más efectiva para los casos de farmacorresistencia.

La selección de los candidatos para el procedimiento quirúrgico requiere de un manejo interdisciplinario, a fin de predecir, en conjunto, el pronóstico postoperatorio. Entre los tipos de cirugía más comunes para la epilepsia refractaria están:

  • Cirugía resectiva. Los neurocirujanos en Jalisco coinciden en que es el método quirúrgico más frecuente para la extirpación de la zona que presenta alteraciones. Lo que hace el especialista es extirpar los tejidos de la zona del cerebro en la que se producen las convulsiones, que, por lo general, es el sitio donde hay un tumor, una lesión o una malformación. Suele practicarse en los lóbulos temporales, las áreas del cerebro destinadas a controlar la memoria visual y el lenguaje.
  • Termoterapia intersticial por láser. Es la cirugía menos invasiva y se emplea un dispositivo láser para identificar y destruir la porción afectada de tejido cerebral. El acompañamiento del resonador magnético, que genera imágenes definidas del cerebro, es un complemento indispensable para guiar al neurocirujano.
  • Estimulación profunda. En este caso se implanta un electrodo de manera permanente en el cerebro del paciente, el cual se encarga de liberar señales que inhiben la actividad eléctrica anormal, que son las crisis epilépticas. También se usan las imágenes por resonancia magnética y el generador que envía los impulsos se inserta a nivel del tórax.
  • Hemisferectomía funcional. Es el método más frecuente para atender a pacientes infantiles con crisis epilépticas farmacorresistentes e implica la realización de un corte inferior en el hemisferio que induce las convulsiones, a fin de separar las conexiones con el sistema nervioso del cuerpo, sin tener que extirpar el tejido.

Si están buscando asesoría competente para el tratamiento de la epilepsia, el doctor Luis Francisco Camacho Herrera es uno de los mejores neurocirujanos en Jalisco, de gran calidad humana y comprometido con la atención amable de cada uno de sus pacientes. Para solicitar información o agendar una cita, pueden escribir a través del chat en línea, llenar el formulario de contacto o al correo: neurocirugiadrcamacho@gmail.com. Llamen también al teléfono: (33)11960990. Su consultorio está ubicado en la avenida Eulogio Parra #3012, Colonia Providencia, 44670, Guadalajara, Jalisco.

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