Las hernias discales representan uno de los padecimientos más frecuentes en la columna vertebral, pueden presentarse a nivel cervical, torácico y lumbar, siendo más frecuente en la zona cervical y lumbar. Según el sitio en el que se encuentre la hernia producirá diversos síntomas, por ejemplo en la zona cervical se puede encontrar cervicalgia o dolor de cuello como se conoce comúnmente, sensación de entumecimiento, ardor o dolor a nivel del hombro, brazo, antebrazo llegando inclusive a afectar la mano, en casos de compresión severa de la raíz nerviosa también puede presentarse pérdida de la fuerza de intensidad variable; por lo que es necesario recibir un tratamiento de hernia discal en Guadalajara.
En lo que respecta a las hernias que se presentan en la columna torácica, no es una patología tan frecuente como en otras áreas de la columna; sin embargo, cuando se presentan producen pérdida de fuerza en ambas piernas, sensación de ardor o dolor en forma de cinturón en el área del tórax.
Por su ubicación estas hernias requieren atención inmediata, ya que el conducto espinal en esta zona es más pequeño que en la región cervical o lumbar; por ende, la compresión sobre la médula espinal es mayor, en caso de no atenderse de manera oportuna puede presentarse un síndrome medular total, provocando la pérdida de función motriz y sensorial, muchas ocasiones no recuperable a pesar del tratamiento.
Cuando hablamos de las hernias en la región lumbar encontramos dolor de diferente intensidad en la espalda baja que puede incrementar en distintas posiciones o bien puede disminuir, por lo general tiende a ir hacia alguna de las dos piernas, desde la nalga, pierna, pantorrilla, hasta el pie. Además del dolor, pueden presentarse otro tipo de alteraciones sensitivas, como hormigueo, entumecimiento e incapacidad para diferenciar estímulos sensitivos como frío y calor, al igual que en la zona cervical en caso de compresión crónica puede presentarse pérdida de la fuerza y disminución del tamaño muscular.
Este fenómeno es de carácter multifactorial pero lo que sucede es lo siguiente:
En situaciones normales encontramos al disco intervertebral que se compone de dos partes, un núcleo pulposo y un anillo fibroso muy fuerte que contiene al núcleo, cuando este anillo falla y se crea un defecto de medida variable, sale por el defecto el contenido del núcleo, este a su vez y según su ubicación comprime o empuja a la médula espinal y/o las raíces nerviosas, ocasionando pérdida de fuerza en las extremidades, sensaciones desagradables como dolor, ardor, entumecimiento o calambres.
El tratamiento de la hernia discal ha cambiado de manera significativa a lo largo de los años, actualmente podemos realizar cirugía de hernia discal de las siguientes maneras:
En este tipo de procedimiento se realiza una incisión en la dirección del espacio discal afectado, esto siempre bajo control radiológico para poder asegurar que el sitio a intervenir es el correcto, posterior a esto se realiza disección subperióstica de los músculos hasta llegar a la lámina de la vértebra respectiva.
Mediante instrumental especializado o sistema de fresado se realiza una pequeña apertura en el hueso para permitir el acceso al ligamento amarillo, que debe de retirarse para poder acceder al sitio en que se encuentra la hernia, con ayuda de un separador especial se retraen las raíces nerviosas permitiendo observar la hernia discal, llegado este punto mediante la simple visión y la iluminación normal de un quirófano se extrae el o los fragmentos de hernia logrando la neuro descompresión, concluyendo de esta forma el procedimiento.
En este procedimiento, aunque es similar a la discectomía abierta convencional, se realiza un incisión de menor tamaño, esto contribuye enormemente en dos aspectos: por un lado, el cosmético, ya que son incisiones muy pequeñas que al momento de cicatrizar prácticamente no se observan; por otro lado, el funcional, que es el más importante, debido a que se realiza una manipulación más gentil de los tejidos y hace que el paciente tenga una recuperación más rápida y menos dolorosa.
Para poder llevar a cabo este tipo de procedimiento se requiere del uso de un microscopio quirúrgico e instrumental microquirúrgico para realizar la microdiscectomía.
En esta variante de la técnica de microdiscectomía se realiza una incisión que va de los 18 hasta 26 mm en la piel, grasa, fascia muscular subyacente, posteriormente se introducen, de mayor a menor entre las fibras musculares, unos dilatadores cilíndricos dejando finalmente un solo tubo de la longitud y ancho deseado, mediante el que se trabaja de la misma manera que con las otras técnicas, es decir se retira el hueso, ligamento, se retraen las raíces nerviosas y se accede a la hernia de disco causante del dolor, mediante técnica microquirúrgica se extirpa la porción deseada finalizando el procedimiento.
En este procedimiento de mínima invasión se utilizan lentes endoscópicos de pocos milímetros, que cuentan con diversos grados de angulación para optimizar la visualización, además la fuente de luz se encuentra en este mismo lente para permitir realizar la discectomía a través de una incisión muy pequeña.
Como pudieron aprender en los párrafos anteriores el principio de la discectomía es el mismo en todas las técnicas: la neuro descompresión de la raíz nerviosa afectada o comprimida por la hernia de disco, aliviando así el dolor, alteraciones sensitivas y en su caso mejorando la fuerza de los músculos involucrados, devolviendo la calidad de vida al paciente.
En la actualidad, se prefieren las técnicas mínimamente invasivas como los abordajes miniabiertos, tubulares y endoscópicos porque el daño a los tejidos involucrados es mínimo, existe un sangrado menor, la recuperación es más rápida y el dolor postoperatorio es mínimo.
Ningún procedimiento quirúrgico está exento de riesgos sin embargo con el avance en las técnicas quirúrgicas las complicaciones son cada vez menos y de menor gravedad que en el pasado, las más frecuentes son: infección del sitio quirúrgico, fístula de líquido cefalorraquídeo, dolor radicular, reherniación discal, deterioro del estado neurológico, ahora veamos cada una de ellas.
Es una de las complicaciones frecuentes, pero de más fácil resolución, a pesar de que se utilizan antisépticos y se siguen las máximas medidas de higiene por diversos factores tanto del paciente (diabetes mellitus, obesidad, desnutrición, edad avanzada, inmunosupresión, entre otros) como del ambiente (contaminación del quirófano, contaminación del instrumental, cirugías prolongadas, falta de profilaxis antimicrobiana, bacterias resistentes a las medidas habituales, entre otras) puede presentarse infección del sitio intervenido, por lo regular con antimicrobianos y curación de la herida, esta complicación se resuelve sin secuelas.
La médula espinal y las raíces nerviosas se encuentran en un líquido producido por el cerebro llamado líquido cefalorraquídeo o líquido cerebroespinal, estos a su vez están contenidos por una capa llamada duramadre. Cuando, por la manipulación, se presenta un desgarro de la duramadre se produce una fuga de este líquido, lo que en el peor panorama puede producir una neuroinfección, la mayoría de las ocasiones esta fuga puede resolverse in situ mediante el cierre con suturas, parches, pegamentos entre otros además de requerir algunos días de reposo para vigilancia y favorecer la cicatrización del defecto.
Dolor radicular o dolor en el trayecto de una raíz nerviosa, originado por la manipulación de un nervio al momento de traccionarlo para acceder a la hernia discal, generalmente se resuelve problema con desinflamatorios, analgésicos y antineuríticos.
Este fenómeno que puede observarse del 0.5 hasta 25% de los pacientes intervenidos por una discectomía, es de origen multifactorial, algunas de las causas encontradas son las siguientes: obesidad, tabaquismo, pertenecer al género masculino, diabetes, levantamiento de pesas, el tamaño de la apertura del anillo fibroso y el tipo de cirugía realizada inicialmente.
Existen algunos casos en los que posterior a realizar el procedimiento se presenta agravamiento de los síntomas iniciales, aparición de síntomas nuevos, muchas ocasiones sin tener una explicación clara del por qué sucede esto, siendo la manipulación excesiva en casos de herniaciones discales muy grandes o masivas el único evento que explique dicho deterioro, por fortuna con analgésicos, desinflamatorios, antineuríticos y fisioterapia resuelven la mayoría de los casos de manera satisfactoria.
El Dr. Luis Francisco Camacho Herrera es el especialista indicado para el tratamiento de hernia discal en Guadalajara. En primer lugar, es importante que acudan a revisión en caso de presentar alguno de los síntomas mencionados en este artículo, consulten al doctor Camacho para que reciban la atención oportuna y temprana. Para agendar su cita, pueden llamar al (33) 3839 3700, en caso de urgencia comunicarse al (33) 1196 0990.